Es campeón mundial de escultura y ahora compite por el Récord Guinness
El artista deslumbró en Europa, donde participó en varios eventos de nivel internacional. En Alemania, junto a otros artesanos, talló en madera «La Última Cena». Además, una obra suya se presentará en Navidad en el Vaticano. Autodidacta y perfeccionista.
«Ahora necesito organizar todo lo que fue haciendo en los últimos años, focalizar el objetivo, tener el criterio para ir eligiendo las participaciones de manera más estratégica, organizar mejor mis tiempos de taller, sistematizar mejor los pedidos de esculturas», dice, sin dudar, Tomás Franzoi, tras participar el mes pasado en el Carving Tour Europa 2022.
Claro, para quien fue campeón mundial de Speed Carving en 2017 y ahora compite por el Récord Guinness con la recreación de «La última cena», de Leonardo Da Vinci, una obra conjunta tallada con otros artistas del mundo en Alemania, no solo el talento es la base del éxito, sino también la organización y el saber interactuar con pares y mecenas.
Fiel a lo que proyecta su figura, Tomás Franzoi tiene un andar diligente, predispuesto, pleno de dinamismo y energía. Su mirada vivaz se condice con su oratoria, no hay que indagarlo demasiado para que se explaye sobre su profesión y vocación: la creación de esculturas en madera.
Este artesano de 45 años, casado y padre de familias, profesor de Educación Física y presidente del Concejo Municipal de Avellaneda, fue campeón mundial de escultura veloz en 2017 en Italia, un logro que lo proyectó al mundo y cuya parte europea visitó en septiembre pasado.
-¿Cómo es el proyecto que compite por el Guinness?
-El proyecto surge de una invitación puntual para ir a Alemania para realizar un proyecto que tiene como objetivo ser incluido en el Libro de los Récords Guinness, es un proyecto privado de un particular que tiene un parque turístico. Convocó a un escultor europeo, y éste invitó a escultores de diferentes lugares del mundo para llevar adelante el trabajo en roble europeo. Hicimos la primera etapa en septiembre pasado y la próxima será en el mismo mes el año que viene
El objetivo es hacer una representación del cuadro de «La última cena», de Da Vinci, pero hecha en escultura, en volumen completo como personas reales y en tamaño real, con la habitación incluida; el conjunto va a quedar completo como se ve en la pintura. Para eso estamos trabajando siete escultores, de Ecuador, Rusia, Alemania y Holanda.
-¿Trabajaron todo con motosierras?
-La representación tallada en madera de esa obra, pero a eso lo gestiona el que da origen al proyecto, que es un escultor alemán, y luego viene la verificación oficial.
Trabajamos con una técnica que va 95 por ciento con motosierra el trabajo, lo que conlleva un componente de entrenamiento físico importante y permite, una vez que uno domina la técnica, poder trabajar obras monumentales en poco tiempo; y luego se termina con herramientas más chicas
-También estuviste en Italia y Holanda en el marco de este tour ¿con qué agenda?
-A raíz de ese evento, le puse en contacto con otros lugares de Europa para intentar armar un recorrido más amplio. Así logré gestionar un evento en Sutrio, Italia, donde había estado ya en 2017, y realicé una escultura de la Virgen María en tamaño natural, en cedro de El Líbano y en versión libre, que tiene alzado al bebé recién nacido. Es probable que sea expuesta en el Vaticano esta próxima Navidad en un proyecto que se llama «100 pesebres del mundo».
Y después de Alemania, fui a Holanda a un emprendimiento familiar turístico, tiene un museo de esculturas en arena, en madera, con recorridos. Y allá surgió esta idea de hacer una representación de algo que una a Argentina con Holanda, que fue la Reina Consorte Máxima. Y ahí se sumó al proyecto el ecuatoriano e hizo el Rey Guillermo Alejandro
Fue un desafío grande porque no es fácil trabajar retratos y menos en poco tiempo, en tres o cuatro días de trabajo. El proyecto salió muy bien y el año que viene puede repetirse algo similar.
-¿Cómo lográs las oportunidades de participación y los apoyos?
-El que obtiene un mejor resultado en menor tiempo es el que a la vez encuentra más oportunidades en otros escenarios más interesantes. Yo soy autodidacta, entonces cada evento al que voy y trabajo con personas de otro lugar incorporo técnica, método y conocimiento que por mí mismo no podría desarrollar. Cuando encuentro gente que ya experimentó un recorrido específico puedo aprender lo que ya tiene como conclusión.
Tengo el auspicio de Taller Malvinas, que es concesionario oficial de Stihl. Se puede gestionar apoyos de legisladores, pero los pasajes aéreos y los gastos más grandes se absorben dentro de la organización del evento. La parte más difícil es gestionar todo para que de alguna manera camine.
En Münchenbernsdorf, Alemania, junto a otros seis escultores Tomás Franzoi inició el proyecto World Guinness Récord con una representación de «La última cena» de Leonardo Da Vinci, en tamaño real y volumen completo. El título de su parte en la obra en «Santo Tomás en la última cena». La madera fue roble europeo, el tamaño a escala real y la técnica 99% con motosierras y detalles con amoladora recta.
Diploma de Honor
El 25 de julio pasado, los diputados Juan Argañaraz, Natalia Armas Belavi y Nicolás Mayoraz presentaron en la Cámara de Diputados de la provincia un proyecto para otorgar la distinción Diploma de Honor a la Trayectoria Destacada de Tomás Franzoi, en reconocimiento a su gran desempeño como escultor y referente de la cultura y el arte santafesinos en el país y el mundo. Los legisladores argumentaron que «personas como Tomás tienen que ser conocidas y reconocidas por la comunidad. Su historia de vida y su talento tienen que servir como semilla y como inspiración, para que otros logren desarrollar su creatividad y busquen profesionalizar sus pasiones para poder dedicarse a ello toda su vida».
Textual del escultor
«Nunca me estacioné, entonces cada obra representa un mayor grado de dificultad porque cuando encontré un techo en lo que venía haciendo, en una escala más local, yo necesitaba romper ese techo y entrar en otros círculos de trabajo para poder ir creciendo. Sabía que tenía que hacer más de lo que estaba haciendo y, a partir de ese momento, me di cuenta que para llegar donde llegué ahora necesitaba dar más de lo que había dado en la obra anterior. Eso me permitió mejorar en cuanto a calidad, estética, concepto y tiempo, que el tiempo es lo que mide en qué eventos podés participar. Puedo decir que voy en un camino de crecimiento interesante, no tengo un referente en especial, sino que aprendo algo de todos los demás. Mis inicios fueron a los 9 años, en el Centro Cultural de Avellaneda. En esta ciudad hay obras expuestas en espacios públicos como el Monumento a la Maestra, Monumento al Cooperativismo, esculturas en paseos realizadas en el simposio que organiza Cultura municipal. En otros lugares, tengo obras en catedrales porque trabajo lo que es imaginería religiosa.